sábado, 18 de octubre de 2014

El cocay y el curandero

Había una vez un curandero que sabía curar muy bien. Todos los habitantes del Mayab lo querían mucho por sus buenas dotes. Para aliviar a los enfermos empleaba una piedra verde que guardaba en el bolsillo, la tomaba entre sus manos, le susurraba algunas palabras, y los enfermos se curaban. Un día el curandero fue a la selva, se acostó y se quedó dormido. Un fuerte aguacero lo despertó y, en las prisas por guarecerse, la piedra verde se le salió del bolsillo. Cuando llegó a su casa, una señora le esperaba para que curase a su hijito, al momento de que el curandero iba a sacar su piedra se dio cuenta de que la había perdido. Para encontrarla le pidió ayuda al Zopilote, la Liebre, el Venado y el Cocay (luciérnaga) quienes conocían muy bien la selva. Al que la encontrara el curandero lo premiaría. Todos salieron a buscarla. El Venado la halló, pero se la tragó al verla tan bonita, pensando que con ella curaría a las personas que le pagarían buen dinero. Pero la piedra le cayó mal al estómago, la vomitó y salió huyendo. Los otros animales se habían cansado de tanto buscar inútilmente y desistieron. Solamente siguió buscando el Cocay. Gracias a la luz que de repente salió de su cuerpo encontró la piedra, la tomó y se la llevó a su dueño. El curandero le dio las gracias afirmándole que él mismo se había premiado, pues la luz que emanaba de su cuerpecito simbolizaba su nobleza y su inteligencia. Y le dijo: -¡desde hoy te acompañara esa luz por siempre!

Todos los animales lo felicitaron, menos la Liebre que estaba envidiosa de la luz el Cocay y quiso robársela. Le pidió al Cocay que le enseñara su luz, y al momento le cayó encima, pero la Luciérnaga logró desprenderse y se colocó en la frente de la Liebre quien confundió la luz con un rayo. Asustada, la Liebre daba de brincos para apagar el supuesto fuego del rayo, desesperada se arrojó a un cenote; el Cocay voló riéndose de la pobre Liebre que salió del cenote completamente empapada y muerta de miedo.

Desde entonces, la Liebre y todos los animales de la selva respeten mucho al Cocay, ya que temen que un día su luz los engañe como sucedió con la burlada Liebre.

Gracias a www.leyendasmexicanascortas.com/

miércoles, 15 de octubre de 2014

La pirámide del Tajín

Los abuelos relatan que en una cueva situada entre Totomoxtle y Coatzintlali, existía un templo dedicado al dios del trueno, la lluvia y las aguas de los ríos. Siete sacerdotes se reunían en el templo cuando llegaba el tiempo de sembrar las semillas y cultivar la tierra. Siete veces invocaban a los dioses, y cantaban en dirección a los cuatro rumbos del universo. Siete por cuatro suman veintiocho, el número de días de que consta el ciclo lunar. Los sacerdotes tocaban el gran tambor del trueno, arrastraban pieles de animales por la cueva, lanzaban flechas encendidas al Cielo, para que la potente lluvia arrojara sus aguas a la selva. Entonces llovía a torrentes y los ríos Papaloapan y Huitzilac se desbordaban.

El tiempo fue pasando; y en un momento dado llegaron gentes extrañas que decían venir de tierras lejanas. Arribaron por el Golfo de México. Los hombres, las mujeres y los niños extranjeros siempre sonreían, parecían estar muy felices, y en efecto lo estaban, pues después de haber pasado muchas calamidades en el mar, por fin habían llegado a tierras tropicales donde encontraron frutas, animales, agua potable y un hermoso clima. Decidieron asentarse en las tierras encontradas a las que llamaron Totonacapan.

Sin embargo, los siete sacerdotes que vivían en la caverna no estuvieron de acuerdo en que los totonacas invadieran sus tierras, y decidieron producir muchos truenos, relámpagos, , y lluvia para asustarlos. Llovió por mucho tiempo. Alguien se dio cuenta de que tales catástrofes las producían siete sacerdotes que moraban en una cueva. Los totonacas se reunieron en cónclave y decidieron embarcar a los siete sacerdotes provistos de alimentos y agua, y enviarlos al mar de las turquesas, de donde nunca más regresaran. Pero quedaba el problema de los dioses del trueno y de la lluvia. Conscientes de que nada podían hacer contra las divinidades que causaban tales estropicios naturales, los sabios sacerdotes y los principales señores totonacas decidieron adoptar a los dioses, venerarlos y rendirles pleitesía,  para evitar su furia vengadora se hicieron sus fieles.

En el mismo sitio donde estaba la cueva, el templo, y los dioses del trueno y la lluvia, los totonacas levantaron otro magnífico templo, la Pirámide del Tajín, que en lengua totonaca significa el “lugar de las tempestades”. A los dioses del trueno de de la lluvia, se les rezó durante trescientos sesenta y cinco días, que es igual al número de nichos con que cuenta este magnífico templo, para que durante todo el año se tenga buen tiempo y la lluvia caiga satisfactoriamente cuando llega el momento de regar las milpas.
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sábado, 11 de octubre de 2014

Fundación de puebla

La leyenda de la fundacion de pueblaCuenta la leyenda que un obispo soñó con la ubicación de la nueva ciudad que tendrían, los ángeles le mostraban donde estarían los límites de la misma.

Trenzaban trenzas mostrando donde terminarían, por eso es que se llamó al lugar “Ciudad de los Ángeles” fue donde anteriormente los indígenas decían que las serpientes iban a cambiar sus pieles, un paraíso en verdad, pero lo malo del lugar era que fácilmente se inundaba, empezaron a construir.

Y al poco tiempo tuvieron que moverse un poco, así fue que dejaron la ciudad de Puebla en el lugar perfecto, tanto así que fue muy fructífera la ubicación incluso para comerciar.

jueves, 9 de octubre de 2014

El Colgado

Cuenta la leyenda que hace muchos años, una bella mujer dormía en su habitación, justo a media noche la mujer despertó cuando comenzó a escuchar un ruido extraño, al hacerlo observo como un hombre colgaba de una soga en una esquina de su habitación, de inmediato comenzó a gritar y el resto de las personas que Vivian en esa casa acudieron ayudarla pero al llegar ya no había nada.
Al día siguiente la mujer fue a la iglesia a contarle al padre lo sucedido, al hacerlo el padre le pregunto que si lo reconocía, a lo que la mujer contesto que no, entonces el padre le dijo que era un alma en pena, que debía preguntar que necesitaba, esa misma noche el fantasma volvió aparecer.

Pero lo mujer no tenía el valor para preguntar, así ocurrió el día siguiente, hasta que otras mujeres acompañaron a la mujer durante la noche, fue entonces cuando se armó de valor para preguntar que necesitaba, el fantasma dijo que había muerto y que su amada no lo sabía y había pensado que el había huido, el necesitaba que ella supiera lo sucedido, y así fue, la mujer conto lo sucedido después de encontrar a la amada del aquel hombre, y solo así pudo descansar en paz.