miércoles, 8 de julio de 2015

Leyenda de Miedo: La Madre Desobligada

Una leyenda de la tradición oral de Tarímbaro, Michoacán, cuenta que en el pueblo vivía un matrimonio que tenía tres hijas pequeñitas: una de cinco años, otra de cuatro, y la tercera de tan sólo un año.

El papá, que se llamaba Carmelo, trabajaba en la ciudad de Morelia, y sus turnos laborales variaban de día o de noche. La esposa, Ireri, no era muy afecta a realizar las labores domésticas, descuidaba la casa, la comida y a las criaturas, siempre esperaba a ver qué traía de comer Carmelo.

Un mal día Ireri se murió, y dejó solo a Carmelo con las tres niñitas. El padre no les dijo a sus hijas nada acerca de la muerte de su madre a fin de evitarles  sufrimiento. Un día en que Carmelo regresó a la casa después de su trabajo, se dio cuenta de que las tres pequeñas se encontraban muy bañadas, vestidas de limpio, y bien peinadas, las casa resplandecía de limpia: estaba barrida, trapeada, y sacudida.

Carmelo se extrañó mucho de tanta limpieza y preguntó a las niñas: -¿Queridas hijas, cómo es que están tan bien arregladas y la casa tan limpia?

Las niñas, muy contentas y sonrientes, le respondieron: -¡Papá, aquí estuvo mamá, ella fue quien hizo todo, pero cuando llegaste se fue!

Carmelo quedó muy pensativo pensando que eso era imposible.

Durante toda una semana siguió pasando lo mismo: casa e hijas estaban súper limpias y arregladas.

Entonces, Carmelo les dijo a las chicas: - Cuando su mamá venga, pídanle que deje una señal de que estuvo aquí.

Al otro día, cuando el viudo regresó a su casa, las niñas le dijeron que su mamá les había contado que donde se encontraba ahora había un viejito muy luminoso que la había exhortado a que cumpliera con sus deberes de madre y de ama de casa, para que pudiera descansar y quedar en paz; además, dijeron que Carmelo debía mandar oficiar una misa, y perdonarla por su mal comportamiento de madre y esposa. Carmelo llevó a cabo lo solicitado por Ireri, y ya nunca más regresó la mujer desde el más allá.

Sonia Iglesias y Cabrera

No hay comentarios.:

Publicar un comentario