Una
leyenda de Salvatierra, Guanajuato, narra que hace mucho tiempo en Salvatierra
existió un grupo de jóvenes que siempre andaban en busca de aventuras y
emociones que llegaban a afectar la paz de los vecinos. Un cierto día,
decidieron ir a robar fruta en una de las casas que se encontraba en las
afueras de la ciudad. Tan tranquilos estaban haciendo sus fechorías cuando de
pronto salió un anciano de la casa, era el dueño del huerto. Muy enojado por el
robo, el hombre les reclamó, pero a los muchachos no les importó, se burlaron
del pobre viejo, y encima de todo le aventaron de las guayabas hurtadas. El
anciano muy molestó les espetó: -¡Muchachos ladrones, yo sé que algún día
pagarán por todo lo malo que hacen!
Los
ladrones se fueron a un callejón cercano tan tranquilos a comerse las guayabas
y los perones que se habían robado, comentando y riéndose de lo que la habían
hecho al dueño de la huerta. En esas estaban muy quitados de la pena, cuando
advirtieron la presencia de un burro que estaba atado a unos arbustos.
Decidieron desatar al animal, y uno de ellos lo montó, mientras los demás le
pegaban al infeliz animal con varas. Empezó a hacerse de noche y los muchachos
seguían molestando al burro. Poco a poco se fueron montando todos sobre el
asno. Uno de ellos pidió que amarraran al burro que estaba encabritado, todos
empezaron a gritar, pero nadie podía amarrarlo porque todos estaban encima de
él. Despavoridos, se bajaron y vieron los brillantísimos ojos del burro, al
tiempo que escucharon unos terribles lamentos que creyeron eran rebuznos del
animal. Medio muertos del miedo, salieron corriendo aterrados hacia la ciudad.
Al
día siguiente, las personas que caminaban por el callejón, vieron el cadáver de
un joven completamente lleno de sangre. Nadie recordaba haber visto en los
arbustos un burro amarrado, por la sencilla razón de que nadie tenía un burro
en su haber. Los jóvenes habían matado a uno de sus compañeros confundiéndole
con un burro. Desde entonces, en el Callejón del Burro –que así le nombraron al
sitio- se aparece en las noches de Luna Nueva, un horrible burro en espera de
nuevos jinetes que quieran montarlo.
Sonia
Iglesias y Cabrera