Una
noche un chamán maya de Yucatán se encontraba durmiendo en su casa con su
familia. Cuando de pronto una mujer embarazada irrumpió y le despertó. La mujer
comenzó con el trabajo de parto y el hombre la auxilio a pesar de que la señora
gritaba que ese hijo no debía nacer. Al día siguiente la parturienta estaba
muerta, y en sus brazos una niña chupaba del pezón de la madre que sangraba
profusamente. El chamán adoptó a la niña. Cuando creció, se enamoró de su
hermanastro, pero él la miraba como si fuera su verdadera hermana.
Un
día la jovencita fue a nadar con una amiga quien le confesó que estaba
enamorada de su hermano y que pronto se casarían. Al otro día apareció flotando
en el río el cuerpo de la desafortunada joven enemorada. Por la noche, la
muchacha adoptada sedujo a su hermanastro, quien entre sueños pensó que se
trataba de su amada muerta. El chamán descubrió lo que había pasado y ordenó
que se casaran inmediatamente.
Pasó
el tiempo, la pareja tuvo una niña, el chamán murió misteriosamente y su hijo
ocupó su lugar. Las mujeres del poblado acudían a curarse con el chamán, pues
le tenían mucha confianza. En una ocasión, una mujer muy bella fue a verlo;
como la esposa era muy celosa, en seguida la odio y decidió matarla. Por la
noche se convirtió en jaguar y fue a la casa de la paciente y la mató junto con
toda su familia. No contenta con ello, la mujer empezó a asesinar a cuanta
mujer se le acercaba a su marido.
Una
noche en que los esposos dormían tranquilamente, la mujer se levantó y salió al
patio, el marido despertó y la siguió; entonces se le apareció el espíritu de
su padre que le dijo que esa mujer había sido la desgracia de la familia y del
pueblo entero, ya que la madre de la mujer había sido violada por un espíritu
maligno, por lo tanto su esposa era mala también. Al oír estas palabras, el
chamán fue por un saco de sal y siguió a la mujer. Cuando vio la piel de esposa
tirada en el patio, vació el saco de sal sobre la piel que se había quitado. La
piel se secó. Cuando la mala mujer regresó a su casa y vio que la piel estaba
completamente seca, se dirigió a donde su esposo la estaba esperando y lo mató.
La
mujer corrió a internarse en la selva, y desde entonces mata a las personas que
no tienen cuidado y se internan por la noche en la selva.
Sonia
Iglesias y Cabrera