martes, 22 de marzo de 2016

Bolum Votan



Cuenta una leyenda maya que después de que apareció el dios Zamná en Yucatán, arribó por la parte sur de la Península un hombre muy especial con su gente. Se hacía llamar Bolum Votan, y fue quien enseñó a los mayas a cultivar el cacao y el maíz, así como a creer en un dios. Votan llegaró de allende el mar, por la Laguna de Términos, se adentró hasta el Valle del Usumacinta y fundó la ciudad de Palenque, “lugar cercado y techado”, nombre original de Nachan, “la casa de las culebras”, a más de la ciudad de Yaxbite (Ocotzingo) A Votan se la llamaba Corazón de Gente, y a él le siguió en estirpe Canan Lum, Serpiente de la Tierra. Ambos fueron sumamente venerados.



Votan, hombre sabio que hacía prodigios, procedía del linaje de las culebras, y era originario de Chivín, afirmaba ser enviado de dios con el propósito de repartir las tierras. Su deseo era llegar a la raíz del Cielo, para lo cual efectuó varios viajes a Chavín, hasta que encontró un hoyo hecho por las mismas culebras, y se adentró en él desde Suqui hasta Tzequil. Luego llegaron siete familias tzequiles y fundaron una ciudad.

Unió Votan a los clanes que se encontraban en la península por medio de alianzas matrimoniales y estableció la propiedad privada, bajo un gobierno teocrático absoluto. Fue el héroe civilizador de Chiapas.

Dentro de la cultura tzeltal, Votan se convirtió en un gobernante que vivió cerca de Teopisca, en el estado de Chiapas, durante el período Posclásico. Sus súbditos le llamaban Señor del Tambor de Madera Horizontal, y se le asociaba con Ak’bal, el dios jaguar de la oscuridad. Todas sus efigies y objetos fueron quemados por el obispo Nuñez de la Vega en el funesto año de 1691.

Sonia Iglesias y Cabrera

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