Un
día en el cielo se formó un gran Relámpago. Al verlo, el hombre decidió ir a
visitarlo, con la esperanza de que pudiese ayudarlo. Tomó camino, y después de
viajar por muchos días, llegó hasta donde se encontraba el Relámpago, y le
pidió permiso para hablarle. El Relámpago accedió y escuchó las cuitas del
pobre hombre. Después de escucharlo muy atentamente y con tristeza, el
Relámpago le dijo: -¡Querido señor, a pesar de que mi poder es enorme, no puedo
proporcionarte la ropa que me pides. Pero como estoy muy impresionado con tu historia te voy a dar un
obsequio. Mira, te voy a proporcionar siete colores, píntate el cuerpo con
ellos, y nunca más andarás desnudo! El hombre lo miraba boquiabierto. El
Relámpago prosiguió: - Aparecerás siempre después de que haya llovido y tu
presencia anunciará la llegada del Sol. Todas las personas te verán
maravillados por tu belleza, y te amarán.
Y
así fue cómo surgió el Arcoíris, al que los hombres llamaron El Señor de los
Siete Colores.
Sonia
Iglesias y Cabrera
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