En
el estado norteño de Tamaulipas, concretamente en el Municipio de Hidalgo,
existe un santuario conocido con el nombre de El Chorrito (también se le conoce
como El Chorro). Se trata de un santuario muy famoso donde se venera a la
Virgen del Chorrito al cual acuden muchos peregrinos para adorar a la madre de
Dios. Junto al santuario se encuentra la hermosa y famosa cascada de El
Chorrito.
En
el siglo XVIII, los militares españoles tuvieron muchos problemas para
conquistar a los indios de esa zona, pues eran muy bravos y valientes. Uno de
los terratenientes de la zona, Domingo de Unzaga e Ibarrola, fundador de Santo
Domingo de Hoyos, y dueño de la Hacienda de San José de la Mesa, se dio cuenta de
que los nativos se metían a una cueva con el propósito de adorar a sus dioses.
Entonces, furioso y con el propósito de acabar con tales idolatrías, el
hacendado y unos de los frailes del pueblo, decidieron pintar una virgen en la
piedra y así lo hicieron, proclamando que en la piedra se había aparecido la
Virgen. Los indígenas empezaron a creerse la fábula y dejaron de adorar a sus
propios dioses.
Asimismo,
la leyenda relata que en el poblado de Hidalgo, durante muchos miles de años
una gota de agua esculpió sobre una roca la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Tiempo después, en el año de 1939, las autoridades mandaron esculpir en una
estalactita de la cueva la imagen de la Virgen de Guadalupe la cual todavía
existe actualmente. La entrada a la cueva para visitar a la imagen, se
encuentra a la izquierda de la iglesia del pueblo.
Los
fieles que la visitan suelen dejar monedas, ex votos o fotografías insertadas en
los huecos de la roca, a fin de que la Virgen les haga los milagros que desean.
Otra
imagen de la misma Virgen se encuentra en las orillas de la cascada de El
Chorrito, pero esta no es tan venerada como la anterior y solamente se le
ofrecen flores para tenerla contenta ya que no es milagrosa.
Sonia
Iglesias y Cabrera
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