martes, 6 de octubre de 2015

Miguel Barragán, el desmenbrado



Don Miguel Francisco Barragán Moctezuma Andrade vio la luz en la Ciudad del Maíz, en San Luis Potosí, un 8 de marzo de 1789. Sus progenitores, Miguel y Clara Josefa fueron descendientes del emperador mexica Moctezuma Xocoyotzin. En el año de 1810, cuando contaba con el grado de alférez del ejército realista, peleó al lado de Félix María Calleja y de Anastasio Bustamante. Su carrera militar le llevó a convertirse en coronel, y participó en el Plan de Iguala. El 27 de septiembre de 1821, estuvo a cargo de la caballería del Ejército Trigarante en su entrada  a la Ciudad de México. Por estar en contra de que Agustín de Iturbide se convirtiese en emperador fue hecho prisionero. Poco después fue liberado al imponerse la república.


Después de haber sido gobernador del estado de Veracruz, de ser apresado en San Juan de Ulúa por apoyar el Plan de Montaño que intentaba disolver las logias masónicas, de ser desterrado en Guatemala, Estados Unidos y Europa de la cual regresó gracias a la amnistía decretada por el entonces presidente Vicente Guerrero, y de haber sido secretario de guerra en el gabinete de Santa Anna, fue nombrado presidente interino de México por el congreso cuando Antonio López de Santa Anna se recluyó en su hacienda Manga de Clavo. Su nombramiento fue aceptado con beneplácito pues gozaba de muy buena reputación. Según un artículo anónimo: La historia señala que su bondad fue tal que el dinero que ganaba apoyaba a los enfermos y a las mujeres viudas, hacía caridades de todo tipo y asistía a infinidad de celebraciones y asuntos religiosos.

En 1836, cuando se encontraba en Texas por asuntos bélicos -los colonos tejanos se sublevaban apoyados por los estados Unidos-, enfermó gravemente y regresó a México. El 1° de marzo de 1836, moría don Miguel en la Ciudad de México, a causa de una fiebre pútrida, el tifus exantemático epidémico o enfermedad del piojo verde como se la conocía popularmente.

Cuenta la leyenda que antes de morir el general Miguel Barragán pidió que al fallecer su cuerpo fuera desmembrado, y los pedazos se repartieran en los lugares que habían sido trascendentes en su vida. Sus ojos se enterraron en Ciudad del Maíz en donde había nacido, su corazón en Guadalajara donde fue nombrado comandante general, sus entrañas en la colegiata de Guadalupe y en la Capilla del Señor de Santa Teresa en honor a esas imágenes, y su lengua en San Juan de Ulúa, pues había tomado tal fortaleza en 1825, cuando los hispanos se rindieron.

Así terminó desmembrado el presidente liberal, cuyo mandato duró solamente un año: del 28 de enero de 1835 al 27 de febrero de 1836. Su amante esposa se llamó Manuela de Trebuesto y Casasola.
Un huapango compuesto por el músico popular Marcelino Tovar Huerta titulado Corrido de Ciudad del Maíz, le dedica un párrafo a este decimo primer presidente de México, que a la letra dice: Ahí nació un general/ que en la historia está presente/ fue don Miguel Bartragán/ de México Presidente.

Sonia Iglesias y Cabrera

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